Abatidos, pero no derrotados

2 Corintios 4:8-9
“Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos…”

Antes de conocer a Cristo, cuando algo malo sucedía —la pérdida de un ser querido, una traición, una crisis financiera— te sentías quebrado por dentro, como si no hubiera salida. Te dolía el alma, y ese dolor no encontraba consuelo.

Pero ahora que eres hijo de Dios, algo ha cambiado. Sí, aún pueden venir tiempos difíciles. Tal vez perdiste tu empleo, alguien cercano te falló, o atravesaste un diagnóstico que no esperabas. Puedes llorar, puedes sentirte confundido... pero en tu interior sabes algo: no estás solo.

Esa paz que no tiene explicación, esa fuerza que te levanta cuando no tienes fuerzas, esa esperanza que brota aun cuando todo parece oscuro… es Cristo en ti.

Él no solo está contigo, está dentro de ti.
Y Cristo en ti es el Príncipe de Paz que te recuerda:
“No se turbe tu corazón, ni tengas miedo.”

Puede que no entiendas todo, pero sabes que Él es el camino. Y aunque te sientas derribado, sabes que no estás destruido. No estás peleando para alcanzar la victoria. Estás peleando desde la victoria que Cristo ya ganó para ti.

Antes, cuando venía la tristeza, era el final. Hoy, puedes pasar por dolor, pero no es tu destino, es solo parte del proceso.
Cristo en ti es la esperanza de la gloria.
Es la seguridad de que aún hay cosas buenas por delante:
una familia restaurada, un cuerpo sano, una vida con propósito.

Así que, aunque estés atribulado, perplejo o incluso herido…
no estás acabado.
Cristo en ti es la garantía de que verás la gloria de Dios en tu historia.

Pensamiento del día
Cristo en ti es la expectativa definida y positiva de todas las glorias de Dios reveladas a ti.

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