Sólo la sangre salva

Éxodo 12:13 

“Ahora la sangre os servirá de señal en las casas donde estéis. Y cuando yo vea la sangre, pasaré de vosotros, y no os alcanzará la plaga para destruiros…” 

En la noche de la primera Pascua, muchos israelitas probablemente estaban llenos de incertidumbre. Imagínate la escena: uno de ellos se acerca a su vecino y le dice con preocupación: 
—¿Escuchaste? ¡Esta noche pasa el ángel de la muerte! 
—Sí, nos dijeron que pongamos la sangre del cordero en los marcos de la puerta… y estaremos seguros. ¿De verdad funcionará? 

Tal vez tú también te has hecho preguntas similares: “¿Será suficiente? ¿Me protegerá realmente la sangre? ¿Y si tengo miedo? ¿Qué tal si no lo hice con suficiente fe?” 

Pero, amado, escucha esto con claridad: Dios no pidió condiciones humanas. Él no dijo: “Cuando vea la sangre, más tu esfuerzo, fidelidad, valentía y comprensión… entonces pasaré de largo”. No. Él simplemente dijo: “Cuando vea la sangre…” 

No se trata de cuánto entiendes, cuánto sientes o cuánto confías. Se trata de la sangre del Cordero, la sangre de Jesús. Esa sangre es suficiente. No es tu fe la que te protege, sino Aquel en quien pones tu fe: el Cordero que fue inmolado. 

Claro que la fe es importante, pero incluso la fe más débil es poderosa cuando se apoya completamente en la sangre de Jesús. Cuando Dios ve que tú confías solo en la sangre, Él lo llama “fe en la sangre” (Romanos 3:25), y eso es todo lo que necesitas para estar cubierto. 

No vivas mezclando la gracia con tus propios méritos. Si piensas que tu protección depende de ti y de Dios a la vez, vivirás en ansiedad. Pero si sabes que es sólo la sangre la que salva, entonces vivirás en paz, firme e inquebrantable. 

Hoy, proclámalo con convicción: 
“Padre, gracias porque la sangre de Jesús me cubre a mí y a mi familia. Ningún mal, plaga ni desastre tendrá lugar en mi hogar. Estoy confiado, no en mí, sino en la sangre.” 

Pensamiento del día

Cuando entiendes que sólo la sangre de Jesús salva, vivirás con una paz que nada puede quitarte. 

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