Dios bendice lo que tocas

Deuteronomio 28:8
"El Señor mandará que te bendigan en tus almacenes y en todo aquello en que pongas tu mano, y te bendecirá en la tierra que el Señor, tu Dios, te da."

¿Recuerdas la historia del rey Midas y su toque de oro? Todo lo que tocaba se convertía en oro. Al principio parecía una bendición, pero pronto descubrió que su deseo tenía un alto costo: incluso su hija quedó convertida en una estatua de oro. Su don terminó siendo una maldición.

Dios, en cambio, no obra con consecuencias destructivas. Él quiere bendecir todo lo que toques, sin efectos secundarios. Su promesa es clara: “El Señor ordenará la bendición… sobre todo aquello a lo que pongas tu mano.” Eso incluye tu familia, tus talentos, tus recursos y tu trabajo.

Cuando tocas con fe lo que Dios te ha dado —un proyecto, una relación, un sueño, un instrumento, un negocio— Su bendición se activa. Si tocas a alguien que está enfermo, puede sanar. Si pones tus manos sobre tu trabajo, prosperará. Porque Jesús vive en ti por su Espíritu, ¡lo que tocas puede ser transformado!

Mira a Jesús en los Evangelios: tocó a ciegos y vieron, tocó un ataúd y el muerto resucitó, tocó a un leproso y fue sanado. Lo impuro no lo contaminó a Él; al contrario, su toque lo hizo todo puro y nuevo. Y ese mismo Jesús vive en ti.

Tus manos son un canal de bendición porque Él pagó el precio con las suyas, clavadas en la cruz, para que tú ahora puedas extenderlas con autoridad, amor y propósito.

Pensamiento del día
Porque Jesús vive en ti por Su Espíritu, todo lo que tocas será bendecido.

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