El poder del cuerpo y la sangre de Jesús

1 Corintios 11:26
“Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga.”

Cada vez que participamos del pan y del vino, estamos proclamando la victoria de Jesús sobre la enfermedad, el pecado y la muerte. No es un simple acto simbólico, sino una poderosa declaración espiritual: Su cuerpo fue quebrantado para que el nuestro sea restaurado; Su sangre fue derramada para redimirnos completamente.

Personas han testificado cómo, al tomar la Santa Cena con fe, han experimentado sanidades milagrosas, restauración de órganos, y vida donde solo había diagnóstico de muerte. No porque el pan o el jugo tengan poder en sí, sino porque al recordar Su sacrificio, estamos recibiendo por fe los beneficios completos de la cruz.

Al comer el pan, afirmamos que por Sus llagas somos sanados. Al beber la copa, declaramos que Su vida fluye en nosotros. Esa vida está libre de enfermedad, dolor y maldición. Esa vida está en ti.

Pensamiento del día
Cada vez que comes el pan y bebes la copa, estás proclamando que la muerte de Jesús te ha dado vida y sanidad.

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